domingo, 24 de julio de 2016

DE JUAN MUÑOZ A ANA ALCOLEA

 
 


Desde que JUAN MUÑOZ se hiciera con el PREMIO CERVANTES CHICO en 1992, hasta que recayó sobre ANA ALCOLEA en 2016, han pasado veinticuatro años, pero han sido veinte los premiados debido a que hubo un pequeño parón de cuatro años.
Estos veinte ganadores/as han enriquecido la lista de premiados aportando todos y cada uno su dosis de prestigio al CERVANTES CHICO.

Hay motivos para estar satisfechos de esta larga trayectoria que ha llevado al premio al lugar que ocupa hoy en el panorama literario. El CERVANTES CHICO disfruta de un puesto de privilegio ganado a pulso, año tras año.

Pero no han sido solo los veintes autores y autoras los que han conseguido que este premio sea uno de los más conocidos y prestigiados. Dejando a un lado a los organizadores, que algo habrán tenido que ver, hay otro elemento importante al que casi no se le presta atención cuando, a mi modo de ver, es el más importante: los chicos y sus profesores.

En estas veinte galas, han asistido aproximadamente, unos seis mil niños y niñas y unos quinientos profesores. Casi nada.
La característica especial de este premio es precisamente, que se entrega en una gala a la que asisten unos trescientos chicos y chicas y unos veinte profes. Eso es lo que lo hace especial.

Siempre he dicho que el premio, más que para los autores, es para ellos, los chicos y chicas y sus maestros y maestras.

JUAN MUÑOZ tuvo el valor de recoger un premio recién nacido y ANA ALCOLEA hace lo mismo cuando ya se ha hecho mayor y les agradecemos a ambos haberlo aceptado.

Sí, este premio es como las buenas cosas, que fermentan y maduran.

Gracias, Gracias Juan, gracias, Ana… y gracias a los demás ganadores.
Y sobre todo, gracias a los maestros ya sus alumnos que, con su voto, siguen apoyando un premio nacido especialmente para ellos.

El PREMIO CERVANTES CHICO es un premio para los buenos lectores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario